relajando el cuerpo con yoga
sesión para ir relajando el cuerpo con yoga
Tiempo: 30 min
Practicando esta sesión para ir relajando el cuerpo con yoga se mejora la flexibilidad y el rendimiento corporal establecido
Disculpen las molestias ya que el sonido está dañado
Sesión para ir relajando el cuerpo con yoga: una pausa consciente para reconectar
Vivimos en una época donde el estrés y el cansancio se han convertido, tristemente, en parte del día a día. Las responsabilidades, la tecnología, las prisas y las múltiples exigencias del entorno muchas veces nos hacen olvidar lo esencial: cuidar de nuestro cuerpo y mente. En este contexto, una sesión de yoga enfocada en la relajación se convierte en un verdadero acto de amor propio.
El yoga no solo es una disciplina física, es también una herramienta poderosa para cultivar la atención plena, calmar el sistema nervioso y liberar tensiones acumuladas. A través de movimientos suaves, respiración consciente y posturas restaurativas, podemos ir soltando poco a poco aquello que pesa, tanto en el cuerpo como en la mente.
Una sesión relajante de yoga no necesita ser larga ni compleja. Lo importante es que esté enfocada en la intención de soltar. Puedes comenzar con una breve meditación de cinco minutos, simplemente sentándote cómodamente y observando tu respiración. Inhala profundamente por la nariz, exhala por la boca, y repite este ciclo varias veces. Este simple ejercicio ayuda a preparar el cuerpo para una práctica tranquila.
Luego, puedes pasar a algunas posturas suaves y accesibles como:
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Balasana (postura del niño): ideal para relajar la espalda baja y conectar con la respiración.
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Marjaryasana-Bitilasana (gato-vaca): perfecta para movilizar la columna y liberar tensión en el cuello y hombros.
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Supta Matsyendrasana (torsión reclinada): ayuda a soltar la tensión en la espalda y masajea suavemente los órganos internos.
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Viparita Karani (piernas contra la pared): una postura restaurativa que favorece la circulación y calma el sistema nervioso.
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Savasana (postura del cadáver): el cierre perfecto. Aquí permitimos que el cuerpo integre todo lo trabajado, en quietud y total entrega.
Entre cada postura, tómate unos segundos para observar cómo te sientes. No es necesario apresurarse; de hecho, cuanto más lentamente te muevas, más beneficios notarás. Acompaña cada movimiento con una respiración profunda y consciente. Respira para expandirte, respira para soltar.
Lo maravilloso del yoga es que se adapta a ti. No necesitas tener experiencia previa, ni ser flexible, ni cumplir con ninguna expectativa. Esta práctica es tuya y está para apoyarte, no para exigirte más. Al terminar la sesión, notarás cómo tu cuerpo se siente más liviano, tu mente más clara y tu energía renovada.
Incluir una sesión de yoga relajante en tu rutina, aunque sea una o dos veces por semana, puede marcar una gran diferencia. No solo mejora la calidad del sueño y reduce la ansiedad, sino que también fortalece el vínculo contigo mismo. Es, en definitiva, una invitación a habitar tu cuerpo con más amabilidad.
Regálate este espacio. Tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán.